Primero, resulta bastante lógico esperar que una “prohibición total” sea acatada únicamente por las personas respetuosas de la ley. Las armas continuarán en las calles pero esta vez en manos exclusivas de los criminales, quienes de todas formas no obedecen las leyes, mientras que los ciudadanos respetuosos de las mismas serán desarmados por sus propias autoridades. Segundo, los criminales buscan víctimas “en desventaja”o desaramadas, y un arma de fuego equilibra la balanza entre el atacante y la víctima. Sin armas como mecanismo de defensa de las víctimas, los criminales harán las calles suyas.

¿Funcionaría una prohibición? En Gran Bretaña se hizo ilegal la tenencia de armas de fuego en 1997, sin embargo eso no evitó que la violencia armada aumentara un 40% desde entonces, de tal forma que hoy en día más súbditos británicos mueren a causa de armas de fuego que antes que el Parlamento prohibiera su tenencia. Por las mismas fechas ,Australia también prohibió una amplia variedad de armas de fuego. No obstante, en los 4 años después de que la ley fuera aprobada los asaltos a mano armada aumentaron un 51%, los ataques violentos un 24% y los homicidios involuntarios en un 16%.
¿Y qué sucede cuando se les permite a los ciudadanos portar armas? En Estados Unidos, más de una treintena de estados han flexibilizado los requerimientos para andar armado y han experimentado en promedio reducciones del 4,4% en el crimen violento, 10% en los homicidios, 3% en las violaciones, y 5,7% en los asaltos agravados como lo han demostrado las investigaciones del economista John Lott del American Enterprise Institute.
Con todo ésto podemos sacar valiosas conclusiones. La más importante es que desarmar a la ciudadanía es contraproducente con el objetivo de reducir los índices de violencia de un país. Aparte de fomentar aún más la existencia de un mercado negro de armas sin controles y de violar el derecho básico que tenemos a defender nuestra vida y familia con un arma de fuego, una prohibición como la que se plantea, les facilitaría el trabajo a los criminales al reducir la capacidad de defensa efectiva por parte de sus víctimas.
En conclusión , el prohibir la posesión de estas "herraminetas de autodefensa" lo único que puede conseguir es un mal para las personas de bien que sólo buscan proteger a su familia y a ellos mismos de criminales y personas indeseadas.Mi postura frente a este controvertido tema, creo, queda bastante clara.
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